Hubo desaseo en el modo de elegir a los candidatos para Diputado local en el PAN, y todo parece indicar que se repondrán los registros.
Nomás hay que recordar que hace seis años, cuando se iba a elegir en las filas panistas al candidato a Presidente Municipal, de repente brotó el nombre de Alfredo Ahuja, un total desconocido, que hizo cimbrar a los que estaban en la punta.
Dicen que traía cañozaos de a millón, y que los que manejaban o recibían ese billete, eran gente de Cambranis.
Todo se descubrió por un pelito y la historia le cambió a Patricio que ya lloraba su derrota.
Esta vez hablan de un joven Díaz Mirón que (dicen)
pellizcó medio millón a una rubia que quiere merecer, y que no repartió arriba.
Nadie sabe quién mandó a la Maestra que ni pintaba y se anotó. Lo mismo el joven Villegas. Y todo porque Aguirre quiere convertirse en el gran elector y figurar en el pueblo, cuando se dice anda escondido del ORFIS.
Sus íntimos le han escuchado que quiere lanzarse otra vez como candidato a la Presidencia Municipal, porque ya aprendió y le encontró el gustito.
Los jerarcas del Comité ya se enteraron y están por reponer el ejercicio que se supone es democrático y no de un ex.