Hijos de la fregada
Por Ruperto
Termina la temporada
de nortes huracanados,
que dejan empanizados
los hijos de la fregada
con la arena transportada
por tanto aire al cantón,
y llena más un camión
que habrá de subir con pala
después de barrer la sala
y jadeando el corazón.
Yo tenía una aspiradora
que ayudaba en la tarea
y uno menos se lomea
terminando en media hora,
pero mi pequeña Dora
que no para de inventar,
la agarró para jugar
a que fantasmas cazaba
y el motor se calentaba
hasta que lo oí tronar.
Le dije por tu imprudencia
ahora barre con la escoba
y me dijo no soy boba
ni traigo una penitencia,
más tú que pides clemencia
a mi mamá noche y día
por alguna golfería
que le llego en un chismito,
tendrás que barrer todito
y oyendo una letanía.
Después del último norte
se viene perro el calor
sientes el agua en ardor
cuando estás en la bañera,
la doña se pone fiera
pues no deja de sudar
al tener que cocinar
y empieza con la mentada
de hijos de la fregada
a ustedes les toca hornear.