Por Ruperto
Disfruté el día del trabajo
que por supuesto me encanta
porque nadie me levanta
para que vaya al destajo,
y el jefe da pal tasajo
sin me descuente el día,
cuando anteayer me reñía
con ademanes y alarde
pues llegué cual siempre tarde,
lo que ya es una manía.
Como el sol está cañón
y el treinta dieron la raya
nos lanzamos a la playa
que estaba de reventón,
pa el calor fue el caguamón
y unos tacos de canasta,
con eso poco se gasta
y nos rinde el presupuesto
pues la que guisa en el puesto
para cobrar es nefasta.
Yo no entiendo cómo pueden
hacer festejo al trabajo
yo lo quitaría de cuajo
y de paso que lo veden,
y mucho menos que hereden
eso a la posteridad,
en vez de festividad
debía ser fiesta de luto
y guardarle así un minuto
de silencio a esa crueldad.
Todo fue culpa de Eva
que le dio a Adán la manzana
y ahora pa tener lana
uno trabaja, aunque llueva,
tenemos que comprar cueva
pues para colmo del mal
del paraíso terrenal
dijeron ahueca el ala
y le rascas con la pala
pal elote del tamal.