Por Ruperto
Festejamos el día veinte
a nuestra revolución
con un desfile fregón
que congregó a mucha gente,
ahí estuvieron presente
un titipuchal de atletas,
que han logrados muchas metas
con medallas a caudales
cuando se avientan sus jales
tan raudos como cometas.
Heroicas fuerzas armadas
demostraron ser muy gallos,
cuando montan los caballos
cabalgando en sus brigadas
con actitudes bragadas
y los sables en las manos,
son los héroes espartanos
con actitud aguerrida
dispuestos a dar la vida
por todos los mexicanos.
Nuestra gran revolución
fue la lucha fratricida
en busca de la salida
hacia una mejor opción,
ya hartos de tanta opresión
y el trato de desiguales
que causaban tantos males
el pueblo dijo ya basta,
y así sacaron la casta
con la mano en los metales.
Como estoy muy oprimido
por la doña de la casa
pues la mano se le pasa
entre gritos y el gemido,
dije bravo y aguerrido
te haré una revolución,
nomás sentí el bofetón
con eso fue suficiente
para seguir de obediente
y hasta le pedí perdón.