Michael Torresini
Necesito continuar con el tema antecedente, con lo que Grecia nos enseñó a los latinos, a expresarnos claramente. En Madrid dos amigos se encuentran en la calle se mentan la madre se insultan a gusto y se abrazan divertidos. En Roma maldicen los muertos del otro, gritando con fruición y cariño. Nadie se preocupa si uno levanta la voz, es parte de la vitalidad de los latinos, de la cual carecen los anglo-sajones. Para un español, italiano o francés, levantar la voz es parte de la buena empatía, de la buena comunicación que se mejora hablando con énfasis. Si alguien no te entiende, particularmente si no te entiende porque no escucha bien, hablar enfáticamente conlleva a la solución en la culta Europa.
No aquí: si no entienden cuando hablas normal, menos aún entienden si le habla enfáticamente, con énfasis, con fuerza para llamarle la atención. Se sierran y ya no usan el celebro sino las sensaciones…Esta columnilla mía que escribo desde 13 años tiene como finalidad la supremacía del celebro, de la lógica, de la razón sobre los sentidos, sobre las sensaciones que, si nos gobiernan, nos quitan el mando, nos quitan nuestra dimensión humana y nos asemejan a un león o una oveja, según la gana del momento.
Es un largo y complejo problema que, como todo, se explica con la historia: desde las colonias-y después con el porfiriato, cuando si no votaba por Diaz te mataban…Una historia de abusos y prepotencias que retrasó en modus vivendi del pueblo de este magnífico país a los tristes años de la edad media cuando la sociedad era dividida en tres grupos sociales muy distintos-la nobleza, el clero y los siervos. Aquí nunca hubo nobleza, hubo padrones que mandaban y el poblacho que obedecía. Por esto siguen llamándote padrón…Algo inaudito en Europa, nadie llama padrón a nadie en Europa o Norteamérica. Y por esto no aguantan cuando subes la voz-independientemente de las buenas razones que pueda uno tener para hacerlo, porque el padrón, cuando de veras era el padrón, cuando era el juez del bien y del mal, desahogaba su frustración y satisfacía su ego gritándole al trabajador-de allí a otra cosa que no se ve tanto como aquí en el primer mundo, el servilismo.
La articulación del discurso es un acto de lógica, producto de la inteligencia humana, razón principal por la cual los hombres prevalecemos sobre las demás especies. Lamentablemente, el cultivo de la caña o la crianza del ganado no favorecen la comunicación y así la gente aquí se aleja desde la gran supremacía humana…
La comunicación es mi único problema en mi trabajo de quiropráctico. Curar es fácil-es hacerme entender lo difícil, antes todo debido al hecho que no hay nada tan malentendido como la quiropráctica, ni los médicos parece entenderla…y la dificultad se acentúa por el hecho que si no me entienden NO me lo dicen. Hablo y hablo-para nada. Aclaro de la manera más clara que todo lo que sentimos lo sentimos por los nervios y que todos los nervios salen desde la columna hacia todo el cuerpo a través de las vértebras que, si no están en su lugar, son la causa de todo-y su realineación la única solución permanente de todo. Y repito muy enfáticamente el tooodooo. Lo curo, está muy bien y cándidamente me pregunta ¿A qué se debía? Necesito de una secretaria que sepa hacer de interprete entre mí y mis pacientes. Yo soy escucho mal, tengo un acento italiano, una R floja francesa-y soy cansado de enojarme-ni tiene caso dejar de trabajar ya que el trabajo mismo es extremamente satisfactorio, no hay nada tan satisfactorio como ver un paciente que ACABA de caerse, entrar en andadera o en muletas y salir corriendo en un minuto y sin más. Uno incrédulo me preguntó si tiene que tomar algo, al que contesté: una cerveza bien fría.
Ofrezco excelente sueldo para ayudarme desde las 14 a las 18 horas aproximada y flexiblemente. Interesadas comunicarse por WhatsApp al 274 101 9633
