Michael Torresini
No hay nada que me inspire en las noticias, así que me divertiré un poco con la historia que, con la geografía, es el requisito básico para ser culto. Veamos pues la historia de México: Desde el siglo XVI se desarrolló en Iberoamérica un humanismo de carácter republicano que cuestionó la legitimidad de la Conquista y de la dominación española sobre el Nuevo Mundo. He aquí otro ejemplo de la importancia de la idea, de la duda, vaya de la filosofía.
Este humanismo, que se originó en la Escuela de Salamanca jmhacia 1530, se radicalizó en la controversia en torno a la legitimidad del Imperio con Bartolomé de las Casas y Alonso de la Veracruz, que se supone sea el primer municipio de toda la región-aunque a veces contrastado con Cartagena de Indias en el Caribe colombiano.
El humanismo, en aquel entonces, estaba compuesto por pensadores en el sentido literario de la palabra, dedicados a la enseñanza de las lenguas clásicas y al cultivo del espíritu; en conjunto, el humanismo mexicano del siglo XVI fue un movimiento que estuvo en contacto con el pueblo y sus propios problemas. Asimismo, tuvo por bandera la dignidad de la persona humana, la igualdad de los hombres, la fe en la fuerza de la razón, lo que dio desde los primeros tiempos un carácter común al pueblo; a causa de este humanismo, México recibió los mejores ideales de España, de Italia, de Francia e Inglaterra. Esto lo digo con gusto para contrabalancear todas mis filípicas, mis catilinarias, mis diatribas, vaya mis críticas severas contra la cultura de Tierra Blanca. Áspera como el mar de García Márquez. En la capital sí hay cultura-algo en la del estado, y mucha en la del país.
En este sentido, AMLO decidió nombrar a su forma de gobierno como “Humanismo Mexicano”, al mismo tiempo que destacó sus principios políticos, económicos y sociales. La tesis que se defiende es que no basta el crecimiento económico, sino que sea indispensable la justicia; en el ámbito social, por el bien de todos, primero los pobres, cuya frase es la esencia de la actividad política y el fin último de un Estado que crea las condiciones para que la gente pueda vivir feliz y libre de miserias y peligros. Los escasos resultados son debidos a la enorme extensión y poder económico de los cárteles, la vaina empezó hace demasiado tiempo y se volvió parte del modus vivendi del país.
A mayor razón, hay que hacer a lado el nacionalismo y dejar que el poderoso ejército de los EEUU acabe con estos cárteles. Por arriba de habernos ayudado a restaurar la paz y hasta el estado de derecho en algunas áreas del país, nos quedarán agradecido, agradecido como lo es un huésped bien recibido. Imagínense que delicia para el enorme ego de Trump recibir la bienvenida como el liberador, los abrazos con Claudia y finalmente la prosperidad del país.
Sé que este plan fantasmagórico dejará mucha gente horripilada, pero al final de cuenta el fin justifica los medios, es lo más importante. Esto por arriba del hecho que ellos son la causa del narcotráfico por ser la demanda y no tienen derecho a exigir nada desde los países productores, pues finalmente, aunque los desaparecieran desde el mapa, siempre habrá un país que les surtirá lo que ellos tanto quieren.