Michael Torresini
La filosofía es la ciencia de los conceptos-de allí al concepto de los opuestos que uso seguido para aclarar un poco las cosas, empezando con mi trabajo que me fascina cuando entra un paciente que acaba de caerse y que curo en una sola sesión y la lamentable situación opuesta de gente que lleva años con vértebras desplazadas-que hay que realinear unas veces hasta conseguir la curación permanente. Esta vez voy a aplicar el concepto con Francisco, el papa que más admiro, precisamente por la razón opuesta a la cual un obispo tejano lo ha estado criticando desde años. Yo admiro este pontífice por su inteligencia y la apertura que ha estado dando a los que siempre fueron los aspectos más prohibitivos del catolicismo, empezando con el sexo que no sea para procrear.
El papa Francisco destituyó al obispo estadounidense Joseph Strickland, un feroz crítico que ha cuestionado el liderazgo del papa de la Iglesia católica. El Vaticano informó que el obispo sería “relevado” de sus funciones como resultado de investigaciones llevadas a cabo en su diócesis de Tyler, en Texas, Estados Unidos. Texas en particular y un poco todo el sur este es donde tienen la cabeza muy cuadrada o block-head como se dice allí. Su conservadurismo les impide progresar, les impide beneficiar de la evolución del pensamiento que empezó en Florencia en el mil cuatro ciento, cuando se empezó a sustituir la voluntad e inteligencia humana con la gracia divina-la única cosa que contaba hasta a entonces. Lo que renace en Florencia es la razón humana y todo o bueno que ella creó desde entonces.
En síntesis, el catolicismo produjo dos efectos, uno bueno y uno malo: lo bueno es el perdono que los mexicanos no entendieron bien, y lo malo es precisamente la prohibición del sexo que no sea para la procreación, incluyendo los preservativos y más aún el aborto-lo que llenó este magnífico país de malparidos, pues si solamente procrearan las parejas con la habilidad para crear bien sus vástagos no tendríamos todos los problemas que tenemos.
Una conclusión pragmática sin que ir en los aspectos más crueles y desastrosos: En Canadá hay iglesias y respeto para la religión, pero sin llegar a la idolatría local, sin todas estas vírgenes coronadas por luchitas parpadeantes como aquí. De allí a uno de los primeros dicharachos que formulé al arraigarme aquí-que en México lo bueno es lo que hizo la naturaleza, y lo malo lo que hizo el hombre, mientras que en Canadá es al revés. En un país con el sueldo diez veces lo de aquí la corriente eléctrica cuesta menos que en México-Y NUNCA FALLA. Hace como dos meses entraba sólo la 110, así un electricista me abrió el medidor. Fui a CFE para reportarlo y en dos horas salí con un papelito que me dijeron poner a lado del medidor para que lo resellaran en TRES DÍAS, me dijeron. Todavía estoy esperando.