+.- En Poza Rica alcanzaron a evacuar familias entre 2:00 y 4:00 horas del viernes; el río Cazones siguió creciendo.
+. – Desde la tarde y hacia la media noche, el río Pantepec ya había inundado miles de viviendas en el municipio de Álamo.
+. – Tras la inundación muy parecida en 1999, Protección Civil alertó en 2019 para prevenir otra avenida del Cazones pero, nada se hizo.
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Entre el 4 y el 6 de octubre de 1999, las lluvias torrenciales provocaron el aumento súbito del río Cazones y dejaron bajo el agua a Poza Rica. Veintiséis años después, la historia se repitió: el mismo río, las mismas calles, y decenas de familias otra vez vulnerables.
Desde el miércoles 8 de octubre de 2025, lluvias extraordinarias azotan Veracruz. Los municipios cercanos a ríos y arroyos de respuesta rápida han sido los más afectados. En la zona montañosa, los deslaves representan otro riesgo, pero fue el río Cazones el que encendió las alertas. Las autoridades lo saben: hay antecedentes. En 2019, la Secretaría de Protección Civil recordó públicamente la importancia de mantener viva la memoria de aquel desastre de 1999, con el propósito de fortalecer la prevención. Sin embargo, la historia demuestra que poco cambió.
Durante la noche del jueves 9 de octubre, Protección Civil estatal y la Secretaría de Educación anunciaron la suspensión de clases en 38 municipios. Poza Rica no figuraba en la lista inicial; fue incluida después, cuando el peligro ya estaba en curso.
A las 3:00 de la madrugada del viernes 10, la Comisión Nacional del Agua registró un incremento súbito en el nivel del río Cazones. En apenas una hora alcanzó los 8.5 metros por encima de su nivel máximo. Poza Rica y Álamo amanecieron con las calles convertidas en ríos.
Poza Rica
Mientras la alerta crecía, el Ayuntamiento de Poza Rica actualizaba en redes sociales el nivel del río y coordinaba evacuaciones en zonas de riesgo. Alrededor de las 2:00 de la mañana comenzaron los traslados hacia los refugios habilitados en la Casa del Migrante y la Casa de Cultura. Las labores continuaron hasta las 4:00, poco antes del punto más alto del desbordamiento. Al mediodía, Protección Civil municipal difundió una línea alterna de emergencia y, a las 15:50, lanzó un mensaje claro: “No regresen todavía a sus viviendas. Permanezcan en los refugios y eviten compras de pánico”.
Álamo
Álamo Temapache también sufrió graves daños. Desde la tarde del jueves ya circulaban imágenes de que el río Pantepec se había desbordado hacia las partes bajas de la cabecera municipal pero Conagua sólo estaba enfocada em el río Cazones, de modo que emitió un primer comunicado a las 22:51 advirtiendo sobre la “avenida del río Cazones”. Casi una hora después, a las 23:57, actualizó la información: el nivel había subido 2.20 metros y el desbordamiento era “inminente”. A las 00:19 del viernes, la atención cambió y se centró en el río Pantepec. Para entonces, en Álamo se reportaban miles de viviendas bajo el agua. El Ejército y la Marina activaron los planes DN-III-E y Plan Marina, respectivamente, para atender a los damnificados. Las primeras estimaciones hablan de más de 5 mil viviendas afectadas.
La historia parece repetirse, pero también los errores. En un estudio publicado en 2005 sobre las inundaciones de 1999, el doctor en Sociología por la Universidad Estatal de Ohio y especialista en desastres, junto con el doctor Jesús Manuel Macías Medrano, de la UNAM, identificaron tres factores clave:
*Deficiencia en los sistemas de alerta: el 49% de los entrevistados nunca supo que se aproximaba una inundación. Solo nueve personas fueron alertadas directamente por Protección Civil.
*Falta de coordinación en la evacuación: muchos recurrieron a la “evacuación vertical”, refugiándose en los techos o segundos pisos.
*Respuesta institucional deficiente: la presencia de autoridades fue casi inexistente durante y después de la emergencia.
Veintiséis años después, los rostros y los uniformes son distintos, pero el problema persiste: los sistemas de alerta siguen siendo precarios y la coordinación para evacuar, insuficiente. El Cazones volvió a desbordarse, recordando a Veracruz que la memoria de 1999 no basta para prevenir una tragedia cuando el aprendizaje no se convierte en acción.