Por Héctor Yunes Landa
La Universidad Veracruzana no es el Rector. Nuestra Máxima Casa de Estudios representa mucho más que un cargo burocrático, que, si bien es el mas importante, no sustituye la trascendencia de la función social de la Universidad.
Si bien la Junta de Gobierno debe atender el derecho de petición del actual Rector, eso no significa una obligación para conceder una prórroga automática que violentaría un proceso que exige valorar, con rigor académico, si existen las condiciones que la justifiquen.
Deben considerarse los resultados que el actual rector dado en estos cuatro años al frente de la U. V. así como la opinión de la comunidad universitaria.
Este jueves, la Junta de Gobierno anunció una consulta para determinar la viabilidad de la prórroga y, de no existir condiciones, emitir la convocatoria correspondiente.
Si la consulta es objetiva y garantiza certeza, ya sabemos el resultado. Ex rectores, investigadores, académicos, docentes y administrativos, consejeros alumnos y el resto de la comunidad universitaria de la que, como graduado de la UV, soy parte, hemos expresado públicamente nuestro rechazo a la prórroga.
Los argumentos sobran. Hasta ahora, salvo los colaboradores del Rector, nadie encuentra una razón para conceder una prórroga al rector, quien hizo un inmerecido reconocimiento a Cuitláhuac García, el peor gobernador que ha tenido Veracruz, por un invento cuya autoría corresponde a otros investigadores de nuestra Alma Mater, mismos que solicitaron al exgobernador, la devolución del reconocimiento y al rector una disculpa pública por ello.
Hoy la Junta de Gobierno tiene una responsabilidad histórica en el futuro de la Universidad Veracruzana. La voz de los universitarios está por encima de cualquier aspiración personal.
Debe ser la comunidad quien decida quien será el próximo rector de nuestra Universidad.
