Se pasó otra vez y con una paciente de aspecto burgués, nada de silvestre cómo otros. Le pedí que leyera atentamente el folleto que aclara, entre las demás cosas, que TODO lo que sentimos lo sentimos por los nervios, y que TODOS los nervios salen desde la columna a TODO el cuerpo a través de las vértebras que, si no están en su lugar, son la única verdadera causa de TODA molestia, y su realineación la única solución. Luego pregunto cual es su problema, y la amable señora me traza con el dedo una línea a lado de la pantorrilla derecha. Al que le pregunto si sabe porque, si conoce la razón de la molestia, al que me contestó que no tiene idea. Repito que la señora aparecía inteligente. Ahora vamos a recordar que nada, absolutamente nada es sin causa; lo dije muchas veces incluyendo hace poco cuando llegué a la interesante conclusión que Dios es la única cosa que existe sin necesitar de una causa, o que es la única entidad que incluye su propia causa de ser.
A este punto es inevitable que me pregunte la causa de la inhabilidad de esta señora de entender un ESCRITO tan claro, digo escrito para excluir mi acento como causa. Y la posible única explicación es que la causa sea de naturaleza psicológica: yo soy un filósofo con barba blanca, quizá con una personalidad fuerte o algo por el estilo-de allí a mi idea de tener una secretaria-chica, simpática y paciente que se lo haga entender con su sonrisa, sin poner nerviosa a la paciente-y sin dañar más mí ya dañado sistema nervioso…Y ya que estamos en el tema, aprovecho para ejercer mi sagrado derecho de defensa a las acusaciones de ser enojón. Nosotros los hombres somo el producto de nuestra experiencia que nos moldea, nos fragua como arcilla en las manos de un escultor. Yo soy el único hijo de dos catedráticos que me inculcaron que la cultura y la ética son lo más importante-lo que me separa inevitablemente de la mayoría de los autóctonos agricultores. Pero hay que volver a la psicología, pues entre los pacientes con los cuales es un verdadero gusto comunicar hay muchos campesinos, agricultores, amas de casa que no son cultos, pero son inteligentes y modestos; no se necesita de mucha inteligencia si esta no es aplazada por el ego y la soberbia de la gente que no sabe nada y empieza a hablar interrumpiéndome cuando estoy explicando algo que nadie sabe mejor que yo-la quiropráctica y con la filosofía que me ayuda a expresar claramente el aspecto geométrico y físico sobre los cuales se basa esta malentendida quiropráctica.
Ni se pueden ofender mis pacientes si consideramos que los mismos médicos no parecen entenderla esta bendita quiropráctica que se inventó en Canadá donde la estudié: como ya dije he visto varias rodillas operadas para nada ya que los galenos no parecen entender que los nervios más gruesos que tenemos bajan desde la parte lumbar- o baja-de la columna hasta el talón, y la rodilla es el único punto de esta línea recta que se dobla continuamente y, doblándose, friega los nervios inflamados porque dos vértebras los están oprimiendo. No lo entienden, o no quieren entenderlo para poder ganar mucho dinero con una cirugía innecesaria y dañina. Os invito a que me hablen ANTES de someterse a una cirugía. Lo hagan por WhatsApp al 274 101 9633. Aunque la filosofía ha caído en desuso, los filósofos siempre fueron los para dar consejos. Lo haré con gusto, pero por WhatsApp por favor.
