domingo, octubre 5, 2025
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LO ÚLTIMO

DE FILOSOFÍA Y COSAS PEORES

Michael Torresini

 

Antes de empezar el mini curso de meditación prometido, quisiera ilustrar una diferencia fundamental entre la filosofía occidental y la oriental: en la primera se prohíbe cualquier interferencia de creencias, algo que se denomina sincretismo y que se cataloga cómo una mezcla de creencias, el cáncer de la filosofía que debe ser estrictamente científica, es decir que todo lo que se postula debe de poderse comprobar, al igual que en una corte.
En cambio, en India y en Asia en general, hay una constante mezcla con la filosofía. Quizá el ejemplo más contundente y notorio sea la revolución china que clamó veinte millones de victimas y que se basó sobre los dogmas de Confucio. Esto es lo malo, lo bueno es lo que se ve más que todo en India donde el budismo ES de hecho la base de la meditación que así alcanza niveles inalcanzables para nosotros los occidentales con los faquires, etc.
Esta fue una introducción necesaria para que se entienda mejor lo que voy a tratar de enseñar aquí, es decir algo que no requiere de los dictámenes de Buda, aunque la base conceptual es la misma. Por ejemplo, no tiene ninguna importancia ponerse con el pie izquierdo antes del derecho, ni ponerse con la cara hacia el este, ni repetir los mantras que se enseñan en la meditación oriental. Concentrémonos pues en lo que cuenta de veras, y lo que cuenta es simplemente ponerse sentado cómodo con la espalda apoyada y bien derecha y con el claro entendimiento que la meditación es una práctica sistemática, un entrenamiento que consiste en llevar la atención al momento presente, con la clara determinación de estar siempre presente, y orientado a la experiencia, a lo que pasa en el presente. Para ello se suele dirigir la atención a un objeto del presente. Por lo regular el objeto de nuestra atención se encuentra en el marco del cuerpo. El objeto de nuestra atención normalmente es la respiración, pues finalmente es lo único que estamos haciendo en una situación así. Hay que concentrarse en la respiración, en la conciencia de la respiración, en el movimiento que produce la respiración en el cuerpo o quizá las sensaciones que provoca el flujo respiratorio en la nariz o el vientre.
El objeto de la atención puede ser las sensaciones en todo el cuerpo. De todo modo el objeto de la atención puede ser cualquier cosa que se pueda localizar y seguir de forma continuada con el foco de la atención, En algunas variaciones el objeto de la atención puede ser afuera del marco del cuerpo. Se puede observar la luz de una vela, un sonido o un paisaje. De todo modo, y aquí hay el punto primordial que se debe entender claramente, ese objeto se representa en la mente mediante su propia percepción así convirtiéndose en un objeto interior.
La propuesta en toda meditación es experimentar y acceder a los niveles más profundo de la mente, pues allí en la profundidad la mente expresa sus más altos niveles de calma, en el espacio donde la mente se asienta en su nivel más natural, más puro, en el espacio donde se puede experimentar la conciencia humana de la forma más sencilla.
Continuaré el lunes.

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