lunes, noviembre 17, 2025
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De filosofía y cosas peores

Michael Torresini

 

Excelente el último estreno de Guillermo Del Toro premiado con el Oscar, una película larga de estilo gótico con una pizca de fantaciencia, bastante para relatar el clásico de Mary Shelly y no tanto para así poder seguir el relato quedándose en el ámbito de lo racional. Muchos se quedan bajo la impresión que Frankenstein es el monstruo, el hombre alto e inmortal, hecho con pedazos de diferentes cuerpos, pero no es así: Frankenstein es el apellido de su creador, un científico con un ego desmesurado. En la película apena estrenada en octubre, el papel de Víctor Frankenstein recae en Oscar Isaac, quien encarna a un científico brillante, egocéntrico y cada vez más obsesionado con desafiar la muerte…No tiene caso que diga más, sólo aconsejo de verla.
Hay otra película menos importante que me gustaría señalar-El tren de los niños, ambientada en el sur de Italia post bélica, en el 1950, cuando en Nápoles los niños estaban en los puros huesos por el hambre, sin zapatos ni esperanza, cuando una organización benéfica los convence a ir a Módena, en Lombardía, donde serán hospedado por familias de gente común que al norte gozaban de una vida decente sin problema. Esto me acuerda lo que dije repetidamente ya que creo sea muy interesante, el hecho que el sur de Italia, todavía hoy en día, sea más parecido a México que a Italia del norte, que en cambio es más parecida a Francia, Alemania o Suiza que al sur del mismo país. ¿Por qué? Los españoles, la dominación borbónica que jodió al sur de Italia como lo hizo en este continente. En aquel entonces la distinción entre norte y sur era mucho más contundente ya que la parte central de la península era del papa-otro estado independiente.
El sur, de Nápoles para abajo se llamaba también el reino de las dos Sicilias y era tan mal gobernado que la corrupción se había vuelto insoportable hasta que se formó la Honrada Sociedad que puso un poco de orden en la podredumbre y que, una vez con mucho poder, se volvió lo que llamamos comúnmente mafia. Mafia en Sicilia, ‘Ndrangheta en Calabria y Camorra en Nápoles. Yo conozco muy bien casi toda Europa-y nada o casi de España, además para mi oído de italiano algo culto escuchar el español me daba risa y no tenía interés a aprenderlo. Cuando me establecí en este lado del Atlántico hablaba hasta un poco de sueco, pero ni una palabra de español-luego Cuba, Colombia y México-y aquí estoy con este idioma que he aprendido-y aprendido a valorar, a apreciar con la gran cantidad de autores excelentes que tiene. La prepotencia invasora ya no me molesta, es parte del pasado, y si me molestara sería parte del presente, lo que no sería nada filosófico, nada inteligente. Lo que sigue molestándome es la prepotencia de la lengua, la prepotencia y la estupidez enarbolada a regla dogmáticamente, dejando la sinrazón a rienda suelta. Siempre me ha gustado escribir, en cualquier idioma escribo mejor de como hablo-pero los acentos fonéticos del español nunca pararán de molestarme por su brutal estupidez-y mi opinión parece ser compartida por todos ya que en ningún idioma se usa el acento fonético ya que ANTES se aprende a hablar y LUEGO a escribir. En italiano se dice Napoli sin la necesidad de meter el acento sobre la A como en español, pues nadie va a decir Napóli, o Napolí, cazzo.

 

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