Michael Torresini
Cualquier cosa se entiende mejor por medio de su opuesto; por ejemplo, si fuera siempre mediodía con luz plena, no creo nos resultaría tan claro entender que es la luz…de allí a una pregunta interesante: mediodía es 12 pm o am; todos decimos pm y la cosa es una paradoja descomunal, pues M es la inicial de meridiem que significa precisamente mediodía. Las doce del día no es ni pm ni am, sino M. Solamente las 12 de la noche se puede describir como pm…Pero vamos a la gran paradoja a la cual me enfrento con mis pacientes, la de ser tan fácil curarlos y tan difícil hacerles entender lo mínimo necesario y suficiente para que entiendan porque tienen lo que tienen y como voy a acabar con sus molestias. Uno de los problemas es debido al hecho que están acostumbrados a escuchar gente que habla, habla y no dice nada-hasta el punto-también paradojal, que si uno habla mucho le dicen que no es serio, algo que me costó trabajo entender al comienzo de mi estadía aquí, y que retrae la ínfima intelectualidad de algunos autóctonos. Lo aclaro porque es una de las razones por la cual la gente no me entiende y finalmente me tacha de enojón si me enojo cuando me preguntan si trabajo el sábado o el domingo después haberles dicho verbalmente y por escrito que trabajo de 15 a 20 horas TODOS los días. Esto es sólo un pormenor en comparación con lo que repito siempre porque la gente no lo quiere entender-que TODO lo que sentimos lo sentimos por los nervios y todos los nervios salen desde la columna a todo el cuerpo a través de las vértebras que, si no están en su lugar, son la causa de todo y su realineación la única solución.
Pero volviendo al concepto de los opuestos que uso para que la gente entienda que las vértebras son de hueso y se escarban su propia cuna en los blando anillos de cartílagos que hay entre ellas, así que lo ideal es realinearlas apena empiecen a correrse otra vez donde estaban, y para ayudar los pacientes a digerir este inconveniente bajo el cobro cada vez-de 500 a 100 pesos y continuo con cien pesitos si es necesario hasta que las vertebras se queden donde las meto, es decir donde deben de estar. Con mis pacientes no voy a hablar de la luz y la oscuridad, voy a relatar muy claramente los casos de los pacientes que acuden conmigo unos días después de haberse lastimado y salen corriendo en dos minutos sin tener que volver. Me acuerdo uno de los casos más satisfactorio, pues entra un joven, alto y fuerte-y en andadera. Otros casos análogos frecuentemente tienen varias vértebras fuera lugar, por arriba de la lumbar que causa el dolor fuerte, así demora unos minutos, pero con este paciente fue una cosa estruendosa, pues todo estaba bien con la única excepción de la cuarta vértebra lumbar que estaba oprimiendo brutalmente el ciático. Hice una cosa sola, una fuerte torsión en el sentido contrario a la subluxación de la vertebra, un sonoro crack y una sonrisa de alivio. Se levantó dobló su andadera y se fue encantado con la vida.
Estoy terapeando una señora que acude con su hija desde unos ocho días, estamos en la cuarta sesión durante la cual le repito una vez más lo antecedente, me da dos cientos pesos y me pregunta cándidamente ¿Tengo que volver?
Yo viví unos meses en Asia y en África y en ningún, digo ningún lugar del mundo he tenido la dificultad a hacerme entender como aquí. Por esto hablo del tema, porque la esperanza es la última en morir.
