Michael Torresini
Hace un par de semanas vinieron dos tipos. Curé el primer y lo cité en dos días para erradicar la mala costumbre que las vértebras adquieren con el tiempo. A veces abundo diciendo que en Canadá la quiropráctica es parte del seguro social desde medio siglo y que se pasa con un quiropráctico saliendo de bachillerato-precisamente para que las vértebras se queden en su lugar desde el comienzo de la vida adulta. Pero no lo volví a ver pese al hecho que quedó muy satisfecho. Nada es sin causa: pregunté a su amigo si necesitaba de una terapia y él me contestó que no tenía dinero, le rematé que no hay problema y lo terapeé, también de manera satisfactoria. Ahora vamos a usar el conocimiento más importante: ¿Cuál fue la causa? El paciente que curé sin cobrar pensó que debe pagarme lo quinientos pesos de la primera terapia cuando mi intención era que considerara la primera un obsequio y me dejara continuar con los cuatrocientos pesos de la segunda-o lo que pueda darme. Pero fue mi error, no lo dije-y lo digo ahora por este medio informativo esperando poder continuar con la terapia de estos dos simpáticos caballeros; y si no tengo suerte con ellos, valga la pena entender el concepto que, finalmente, aplica a todos.
Con la edad los hombres se hacen más buenos, menos egoístas y más proclives a la simpatía y la buena comunicación. Tuve una formación muy ética y formal, pero cuando era joven y vivía a la grande hacía, pues lo que se me antojaba y no siempre era ético. Ahora lo soy, después de vivir solo desde treinta años valoro más y más la amabilidad con mis semejantes, la simpatía. Practiqué mucha meditación y logré mantener la sonrisa en situaciones que no la querían aceptar, la típica situación de pacientes nuevos a los cuales pido el favor enfáticamente que lean bien un folleto, y los motivo aseverando que lo explica todo. Todo lo que sentimos lo sentimos por los nervios y todos los nervios ales desde la columna a través de las vértebras que, si no están en su lugar, son la causa de todo-y realineación la única solución.
Lamentablemente el 90% de los y las pacientes me describen lo que sienten y lo que sentían-un día molesta más aquí y otro más allá-lo que de por si mismo es una tortura para un filósofo, bueno, para cualquier persona pensante. Así que con la sonrisa pido su cabal, total, absoluta atención y le acuerdo simplemente que me está describiendo lo que siente; todo lo que me cuenta es la descripción de lo que siente, y no quiere entender que todo lo que siente lo siente por los nervios y todos los nervios sales desde la columna a través de las vértebras que, si no están en su lugar, son la causa de tooooodo, y su realineación la única solución. Ahora ¿Quiere que la cure o no? Si quiere debe olvidar todo lo que tiene en la cabeza que no hace nada más que envenenarle la vida y SIMPLEMENTE relajarse, póngase bien relajada y me deje acabar con todo lo que usted lamenta. Si tengo éxito y el paciente se relaja, sobresale una gran paradoja entre la dificultad de hacerme entender y la facilidad de curar. Si se relajan, pero si no pueden, aunque les daya todas las razones para hacerlos, que estudiamos como un médico y sólo sabemos la mitad de lo que saben, pero ya salimos especialistas en lo que hacemos y no es posible que hagamos daños. Si no pueden relajarse, entonces les pido que aprendan a hacerlo y luego vuelvan.