sábado, marzo 8, 2025
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DE FILOSOFÍA Y COSAS PEORES

Michael Torresini

No creo haber dicho de donde sale el nombre de mi columna: Desde los últimos años del siglo pasado y los primeros de mi vida mexicana era interesado en mejorar mi castellano, pues hay que decir de antemano que mi cultura europea previa no incluía la española como la de otros países-y lenguas. Una vez aquí me dediqué a llenar el vacío, pues ya masticaba fluentemente el español, pero con muchas limitaciones y un vocabulario reducido, así que leí casi todos los escritores mexicanos y me divertía leyendo De política y cosas peores, de Catón, Armando Fuente Agirre o AFA. Un verdadero veterano del mundo del discurso articulado, un acto de lógica único en el hombre que muy, muy lamentablemente está siendo remplazado por la pseudo video cultura.
Fui a escuchar Catón en Boca del Río con gente de MVS Radio cuando cooperaba allí, pues era muy divertido y con un vocabulario excepcional. Así que cuando vine aquí en 2010 pensé que hay muchas más cosas peores de la filosofía que de la política. Aclaramos que la filosofía no es una rama del saber, es saber, es la base de todo saber. La Biblia dice Antes era el verbum, el verbum era en Dios, el verbum ERA Dios. La analogía es lejana, pero es conceptualmente perfecta. La filosofía es saber, es lógica, ética y estética. La estética a su vez es el culto del bello y del sublime-de allí a la mejor prueba de mi aserción inicial-hay muchas más cosas peores de la filosofía que de la política que, cómo sabemos, es por naturaleza propia poco lógica, poco ética y poco estética…
La nota de AFA todavía sale, pero me temo que no es cómo antes y la mayoría de sus chistes y chispazos o chascarrillos como los llama él, ya no tienen la fineza de antaño. Lo que sigue es su chispa de fraguar nombres atinados al protagonista, cómo Pitoncio para un galán y Senencio para un viejito. Góngora y Argote fue un importante escritor del baroco español, de la edad de oro de la lengua, cuando esta era la principal materia de estudio. Su estilo pomposo y altisonante se llamaba gongorismo antes y culteranismo después. Lo aclaro ya que sé cada palabra del chiste de memoria desde un cuarto de siglo más o menos-y las sé porque son precisamente las palabras que surten la hilaridad. Helo aquí.
Don Ampulosio era culterano y grandílocuo; al regresar tarde una noche pregunta a la nueva empleada doméstica: ¿Joven fámula, está la señora ya en los brazos de Morfeo? No, contestó la mucama, la siñora está dormida y el siñor este hace rato que se fue.

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