Por Ruperto
Belem cuatacha y amiga
cuando le dieron sus kekos
la caja de los muñecos
le picaron con la espiga,
ya le crece la barriga
y tiene naucia y mareo,
porque anda en el traqueteo
y nunca se queda quieta
como mi comadre Queta
que en el cerro hace el arreo.
Compadezco a su marido
por tenerla que aguantar
y la jerga ha de pasar
mientras ella empolla el nido,
no puede andar de bandido
con sus cuates en el bar,
porque le empieza a llamar
cada minuto a minuto
que si anda de disoluto
ella lo va a cercenar.
Como siempre anda de antojo
se atraganta todo el día
plátano, pera, sandía
y de ñapa hormiga y piojo,
también le cae al manojo
de ajos aunque después,
lavando dientes la ves
y masca chicles de menta
o el marido se la mienta
pues huele a aliento de res.
Creo que ella va a desovar
para principios de abril,
caerá niña en el cubil
y tendrá que amamantar,
el papá la va a cambiar
y le toca la mamila
más darle su te de tila
a Belem pa que se amanse,
porque cuando ella entra en trance
nomas de verlo se enchila.