Por Ruperto
Cuando pasé de setenta
añitos de respirar,
me empecé a desmoronar
y cada año más aumenta
que el pellejo se fermenta
rugoso con más arrugas,
y uno anda cual las orugas
arrastrando el calcetín,
pues ya aunque tengas chelín
no puedes darte tus fugas.
Y por esa situación
no crean por los aguardientes
se me aflojaron los dientes
y ya no le entro al turrón,
buscando la solución
dije buscaré dentistas,
de los que sean como artistas
para dejar como nuevo
al ruco que se cree mancebo
y se siente de revistas.
Pregunté a mi endodoncista
si podría recomendar
alguien pa reacomodar
dientes como ceramista,
mi comadre que te asista
contestó en un santiamén
y su marido también
es bueno pa la escultura,
dejaron mi dentadura
cual querube del edén.
Ya ahora riendo madrugo
para que me vean los dientes
derechos, tan relucientes
que hasta a las doñas subyugo,
también les lleve al tortugo
mi nieto, tenía picado
un diente se había chupado
los dulces de una piñata,
junto con los que arrebata
al que agarra descuidado.
