sábado, noviembre 1, 2025
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Cuando las cosas se dan. Camelot.

EL INFONAVIT VERACRUZ (ANILU INGRAM)

Ayer el amigo que no es rico, José Luis, me contó la historia de un trámite. Sucede que hace cuatro años falleció lamentablemente su hijo José Luis. De ese tiempo, con el dolor a cuestas y cargando el sufrimiento de no verle más, se dedica a reunir todos sus papeles para regularizar lo que quedó pendiente. Fue al Infonavit de Plaza Mocambo y se encontró con la buena nueva de que su hijo no había dejado ningún adeudo, y solo se esperaba poder pasar las escrituras a nombre de su hija, heredera. Allí se encontró con una agradable sorpresa, saludó a Anilú Ingram, una mujer de la política desde tiempos pasados, que ahora es Morena y la designaron delegada estatal, un cargo importante. Anilú es mujer de mil batallas, eficiente y buena legisladora y funcionaria pública, por eso cada que la presidenta Sheinbaum llega a Veracruz, donde la ve rompe filas y va a saludarla cariñosamente. Le dijo a Rico que no se preocupara, que estarán pendientes de los trámites para agilizar el papeleo. Cosa que se agradece.

JUAN GABRIEL EN BELLAS ARTES (EL PAIS)

Era el 9 de mayo de 1990. Juan Gabriel sale a escena ataviado con un resplandeciente traje blanco, entre aplausos y gritos del público y con la Orquesta Sinfónica Nacional de fondo. El lugar era el Palacio de Bellas Artes, entonces un emblema de la alta cultura en México. “Era el último escenario que le faltaba conquistar”, afirma María José Cuevas (Ciudad de México, 53 años), directora de la serie documental Juan Gabriel: Debo, puedo y quiero, que Netflix estrena este jueves a nivel mundial. Aquella fecha pasaría a la historia como el día en el que, al ritmo de temas como No tengo dinero y Amor eterno, se evaporó la línea entre la cultura popular y la elitista. Pero no fue fácil.
La llegada del Divo de Juárez al icónico recinto cayó como un balde de agua fría en algunos sectores de la sociedad mexicana. Cuando se hizo público el anuncio, los periódicos calificaron el concierto como un “sacrilegio” y un evento “anticultural”. Para Cuevas, hija del pintor mexicano José Luis Cuevas, el rechazo del mundo intelectual de esos años a Juan Gabriel se debía a que lo consideraban una figura creada por la televisión. “Como salía en Siempre en domingo, muchos creían que era un producto de Televisa”, explica. Según la cineasta, la “alta cultura” era incapaz de catalogarlo: “Juan Gabriel, como era un cantante de baladas, te cantaba Querida con su suéter rojo y sus jeans blancos, pero también de pronto se arrancaba cantando ranchera como Se me olvidó otra vez”.
Al final, la solución para hacer frente a la polémica vino de la misma persona que propuso la idea de los conciertos en Bellas Artes: María de la Paz Arcaraz, mánager de Juan Gabriel y a su vez hija del compositor Luis Arcaraz. “Hizo todas las gestiones pertinentes con las personas correctas”, se escucha decir en el documental a María Luisa, hija de María de la Paz. Las “personas correctas” tienen nombre y apellido y apuntan a las más altas esferas del poder político de México en aquellos tiempos. La mánager del intérprete de Caray tenía una estrecha relación con Cecilia Occelli, la entonces esposa del presidente Carlos Salinas de Gortari, y, de acuerdo al documental, fanática de Juan Gabriel. A Cuevas no le sorprende esta cercanía. “Juan Gabriel era más poderoso que el mismo poder”, afirma la documentalista.

 

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