De Borges: “«Que otros se enorgullezcan por lo que han escrito, yo me enorgullezco por lo que he leído».
COMO ESCRIBIR MEDIO BIEN
En un domingo fresco, abro un correo y Maribel C., una lectora me pide un consejo para que Yo mero le pueda aconsejar “cómo redactar una buena nota periodística, ya que estoy iniciando en este apasionado mundo”. Rápido a mi mente me llegó una entrevista que le hicieron al gran escritor español, Javier Cercas, que viene a la FIL de Guadalajara este año. En Milenio le preguntaron ¿Qué se hace para ser escritor? Y siempre les digo: “Leer mucho, escribir mucho, no tener prisa por publicar y ser fiel a tus obsesiones”.
Yo Mero cuando comencé a escribir pregunté al editor del diario qué se hacía para si sí o no. Lo delicado es cuando te leen hay muchísima gente al pendiente, y un resbalón es un resbalón. “Procura si se te cae un plato y se rompe, procura que pueda pegarse”, y ahí entendí parte del meollo del asunto.
El mejor ejemplo es leer, leer y leer, corrige las faltas de ortografía, la lectura, dependiendo los escritores, te llevan a mundos desconocidos, saber hacer una buena crónica es solo escribirla cómo la viste o la sentiste, así llana y sencilla sin mucha elegancia o crema a los tacos, sencilla para que la gente no tenga que ir a un tumba burros a ver qué demonios significa eso que escribiste.
VIENEN LOS CONSEJOS
Uno de mis escritores favoritos, Manuel Vicent da un consejo: “el que se sienta ante el ordenador (computadora) cuando le sobreviene una idea es claramente un escritor dominguero, y al que le sobrevienen las ideas cuando ya está sentado ante el ordenador es un escritor profesional. Es más, hay que evitar a toda costa el comportamiento dominguero: prohibido llevar encima un cuaderno para anotar las ocurrencias que tengamos en la calle, prohibido dar la turra a los amigos con las menudencias de nuestro proyecto, prohibido pensar en la novela cuando se está ejerciendo la vida”.
Es muy cierto hay que llevar el coco listo para que en la calle, cuando hagas los caminares vayas viendo lo qué ocurre y lo guardes en tu mente. A mi mero me gustan los relatos de mis viajes, esos los saboreo al escribir y al corregir.
Eso es una crónica, Dicen los que saben de estas cosas que la crónica es lo más difícil del medio. El que es reportero salta a la calle y da sus notas.
Yo le podría decir a la lectora que lea lo más que pueda y que escriba a diario, lo que se le ocurra, lo que vea y lo que tenga en su mente.
Uno no termina de aprender. Cuando lees ahora a los grandes, te asombras y muchas veces uno en el coco piensa: quisiera escribir como este hombre, pero eso es imposible.
No importa lo que escribas, importa cómo lo escribas. Ernest Hemingway dijo; «Todos somos aprendices en un oficio en el que nunca se llega a ser un maestro», aunque él lo fue.
Yo Mero cumplo este año 25 años de escribir casi a diario, o al menos con regular frecuencia, lo difícil es la mañana cuando te estás bañando, saber qué vas a escribir, desde allí ya se prepara el tema. El lio es que haya tema y sea de interés, porque el huachicol fiscal y los hijos de Ya Saben Quién, esos aburren porque ni les hacen nada.
Hay que ir a los temas cotidianos y tomar la calle, ahora lo hago más seguido, después de un receso de parte médico por una operación, pero ya ando del tingo al tango.
Pocas veces he encontrado a escritores grandes, un día fui a la FIL de Guadalajara pero estaban abarrotados los salones y ni modo de ver a los grandes expositores.
Otro día en Madrid llegué al Café Gijón, donde se reúnen los escritores españoles, a ver si se me pegaba algo, pero ese día no llegaron.
Compré el libro que allí venden.