Michael Torresini
GGM llama su novela más importante Cien años de soledad. Soledad en tanto que opuesto de solidaridad. En mis largos años de misionero de la cultura uso seguido el opuesto para aclarar cualquier cosa. Sin la oscuridad no entenderíamos que es la luz, o por lo menos no tan claramente. GGM usa la soledad como opuesto de solidaridad: los habitantes de Macondo no se ponen de acuerdo y así se quedan solos. Uso el mismo concepto también en mi trabajo cuando hay que repetir el tratamiento debido al hecho que las vértebras se acostumbran a estar fuera lugar, pues son duras e irregulares y se escarban su propia cuna en el blando anillo de cartílagos que hay entre ellas-y cuando yo la remeto en su lugar se corren dónde estaban en pocos días-pero si las realineo en dos o tres días, cuando EMPIEZAN a correrse, pronto perderán la mala costumbre y se quedarán dónde deben estar así obteniendo la curación permanente acabando con su mera causa-y ejemplifico el concepto con el caso opuesto, lo del tipo que acaba de caerse y entra en muletas porque no puede pisar ya que la primera terminación del ciático y el tibial están precisamente en el talón. Yo simplemente realineo las vértebras subluxadas y pasa todo, todito e ipso facto. Hace rato tuve que llamar un tipo que olvidó sus muletas y que ya estaba en su camioneta sintiéndose perfectamente bien-y con una sola sesión.
Con mi trabajo tan rápido es normal que me aburra y busque pasatiempos, pasatiempos que no me sirven para nada más que…hacer lo que estoy haciendo pues, hablar del tema y sacar conclusiones interesantes. Pero la única cosa interesante es algo de muy triste, el hecho que no haya absolutamente nada de interesante. Spinoza nos enseña que la felicidad no es tanto estar bien, sino estar mejor-y aquí vamos de mal en peor: hace una década pasaba horas frente a las noticias de Google; ahora no aguanto más de unos minutos…Así que me meto en los tests de inteligencias que son de una estupidez brutal-a parte el hecho que no son de inteligencia sino de cultura. Este error lo cometen también las grandes compañías. Hace 20 años me hicieron uno en MVS Radio y salí alto, pero por mi cultura, no mi inteligencia. No se necesita ser inteligente para saber los sinónimos, sólo se necesita haber leído buenos libros. Esto ya lo dije hace poco, pero entiendan bien que no repito las cosas por viejo, las repito por filósofo, pues la filosofía es el conocimiento de los conceptos-que hay que repetir. En todo noticiero se habla de lo que se pasa en un momento dado, yo en cambio hablo de lo que se pasa siempre, de las constantes, y son precisamente estas constantes que nos dan sabiduría, nos permiten ver las cosas realísticamente. Y la triste constante es que el nivel cultural del hombre está en picada en un proceso que empezó hace medio siglo y ha llegado donde quieren los que mandan en el mundo, un mundo de video niños que aprendieron lo que saben por imágenes y no por discurso articulado que es lógica y uso de la inteligencia-que se atrofia con las imágenes que valen mil palabras y que prescinden del uso del celebro.
Miren, voy a un ejemplo con estos tests de inteligencia que te salen en pantalla entre una publicidad y otra. La mayoría te dicen que el noventa y tanto por ciento de la gente no puede contestar correctamente; aquí tenéis una de la pregunta ¿Cuál de las cuatro palabras es un verbo? Y te dan cuatro palabras entre las cuales un verbo. Algo que yo-al igual de mis compañeros, sabía contestar ya a 7 años. Y aquí está la triste realidad: Durante tres mil años la cultura fue una de las cosas a la cual se aspiraba más, se dedicaba más tiempo-y desde 30 pasa el mero opuesto. La cultura ha desaparecido y con ella el buen gusto, el arte en las películas, los libros y la pintura y mucho más que los centennials ignoran ni tienen interés en aprender.