Michael Torresini
He recorrido el tema de las drogas en lo político desde el comienzo de mi estadía aquí cuando fui tan ingenuo de dar consejos a los altos mandos-y hasta a antier con respecto al encuentro de AMLO con su homólogo colombiano-el todo con la gran conclusión de mermar la demanda en lugar de continuar con este combate mortífero e inútil. Ahora creo que venga al caso filosofar un poco al respecto, usar esta vista clara que nos confiere la filosofía-y alejar el enfoque para poder llegar a conclusiones generales, para poner orden en todo el largo tema. Es decir, antes de pasar a la práctica, y ver QUE es justo y que no lo es. Y para poderlo hacer voy a examinar el lado médico.
Las drogas que más se usan-y se combaten aquí son la mariguana y la cocaína. Y pese a todas las voladas que se dicen al respecto, ni una de las dos es FISICAMENTE adictiva. Estas son las drogas que se deberían liberalizar preparando de antemano los ciudadanos para que no tengan problemas. Esto era lo que aconsejé a Zedillo et al. hace un cuarto de siglo. Y para que se me entienda claramente me permitan ejemplificar mi aserción con la experiencia, mi propia experiencia. No estoy hablando de mis fantasmagóricas ideas u opiniones, estoy hablando de HECHOS. Hechos que subyacen a la regla general que CUALQUIER COSA se hace o no se hace según que tenga más pros o contras. Creo sea la primera vez que hablo abiertamente de este tema, aunque, finalmente, es el mismo tema del alcoholismo, acerca del cual aclaré que un vaso de vino con la cena y un whisky después no sólo no es dañino sino es saludable ya sea física que psicológicamente. Lo mismo aplica a unos toquecitos para relajarse-o una línea para despertar. Pero cuidado: no causan adicción física, pero sí causan adicción psicológica-poco la mota y mucho la coca. En otras palabras, para tener un problema con la primera hay que ser muy bruto, para la segunda sólo un poco…
Por esto propuse un curso de sabiduría al respecto ante de la liberalización. Además, todo lo que nos da placer causa adicción psicológica-la comida, el sexo y hasta el amor. ¡¿Los vamos a prohibir?! Un ejemplo claro de lo que estoy diciendo: un par de toquecitos antes de escribir me facilitan la tarea, pero hace rato que no lo hago ya que tengo una conjuntivitis que, aunque dos jaloncitos, me empeorarían-y así, SIGUIENDO SIEMPRE LA RAZÓN, simplemente me olvidé de la mariguana. Por separado, yo soy algo nervioso y por lo mismo no me acuerdo de la última vez que tomé cocaína. Sin embargo, si tuviera que manejar toda la noche, me gustaría un poco de coca para evitar el sueño, así como nunca se me ocurriría de usar mota, sino unos cafecitos.
Hasta aquí hablé solamente de las dos drogas que no causan adicción física ya que por todas las demás no hay nada que decir, pues son físicamente adictivas. Este fentanilo más de todas seguido por heroína y todos los alcaloides del opio; y son también adictivas todas las anfetaminas entre las cuales lo que está creciendo rápidamente en uso es este cristal. Acerca de todas estas drogas no hay gran cosa que decir, no hay nada que la filosofía pueda hacer más que usar el ejemplo de la férrea disciplina y la severidad draconiana de los chinos. O hacer lo que hacían los tailandeses-pena de muerte-lo que no es exagerado ya que son mortíferas todas estas drogas. Con estas drogas la filosofía no sirve para nada-y por arriba de imponer castigos severísimos, hay que entender claramente que el estado tiene el derecho y el deber de prohibirlas. Hace rato me decepcionó mucho la Sánchez Cordero cuando propuso de dejar que los campesinos de Guerrero cultiven amapola pa’ que no padezcan hambre. Muy decepcionante que una ministra de la suprema corte diga esto y más aun ya que creo sea una buena persona.